Según la FAO/WHO, la Seguridad Alimentaria “consiste en garantizar a cualquier persona y en cualquier
momento un acceso físico y económico a los productos alimentarios necesarios SIN RIESGOS”
Los riesgos alimentarios pueden resultar: de accidentes, de causas naturales, de ignorancia/inconsciencia,
de abusos, de no respetar las reglas y las leyes, de exámenes insuficientes sobre la inocuidad, de carencias
en la formación e información, de la búsqueda de beneficio…
El riesgo “0” no existe, pero los productos alimentarios deben tener un máximo de seguridad, es decir,
deben estar exentos de microorganismos patógenos, de residuos de productos químicos, de ingredientes
nuevos de los que no se conocen las consecuencias a largo plazo, etc.