Ante una alerta sanitaria u situación similar, la Universidad establece una planificación extraordinaria que se activará en el momento en que las administraciones y la propia institución lo determinen atendiendo a criterios de seguridad, salud y responsabilidad, y garantizando la docencia en un escenario no presencial o no totalmente presencial. Estas medidas ya planificadas garantizan, en el momento que sea preceptivo, el desarrollo de la docencia de una manera más ágil y eficaz al ser conocido de antemano (o con una amplia antelación) por el alumnado y el profesorado a través de la herramienta normalizada e institucionalizada de las guías docentes.
Si no se pudiesen realizar las sesiones prácticas y salidas, su evaluación se acumulará al trabajo de campo, y se mantendrán las metodologías participativas adaptadas a una enseñanza no presencial o semipresencial, reforzando el mecanismo no presencial de atención al alumnado y tutorías en línea. En el desarrollo de las sesiones vía telemática se pueden diseñar/elaborar/plantear tareas de supuesto práctico o de investigación/aportación de información con el fin de liberar contenidos teóricos del examen final de la materia.
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