Un sistema operativo recién instalado es intrínsecamente inseguro. Presenta ciertas vulnerabilidades en función de factores como la antigüedad del S.O., la existencia de puertas traseras, los servicios que proporciona y el uso de políticas por defecto que no tienen la seguridad como objetivo principal. Por fortificación de un S.O. nos referimos al acto de configurar este S.O. con la intención de hacerlo lo más seguro posible, tratando de minimizar el riesgo de que se vea comprometido para ser explotado por alguna de las vulnerabilidades. Esto suele implicar la aplicación de parches de seguridad, el cambio de ciertas políticas por defecto del S.O. y la eliminación (o desactivación) de aplicaciones y servicios no esenciales.
La guía de la asignatura está disponible en el enlace especificado de la UDC.