Con la impartición de esta materia, que consta de 6 créditos ECTS de carácter obligatorio, a impartir en 2º curso del Grado de Educación Social, se trata de aproximar la figura del educador social a los centros de enseñanza como un profesional que pretende dar respuesta a diversas necesidades de intervención socioeducativa formando personas y ciudadanos dispuestos a enfrentarse a las realidades actuales. Una realidad cada vez más compleja, que plantea nuevos problemas que precisan de profesionales que los entiendan en profundidad y que, por su formación específica, puedan ayudar a prevenirlos y buscar soluciones en colaboración con todos los miembros de la Comunidad Educativa y fomentando cauces de transmisión que perfeccionen la comunicación conjunta entre el centro escolar y la familia con el fin de conseguir una educación integral para el alumnado, sobre todo en aquellos casos en los que las circunstancias familiares habían podido perjudicar de manera contraproducente el progreso de los educandos. La escuela tiene dificultades para hacerse cargo de las disfuncionalidades que ni la familia, ni los centros educativos, ni la comunidad o el entorno puede asumir o cumplir. En esta línea, en una institución escolar que debe atender múltiples demandas, la figura mediadora del educador/a social puede desempeñar un importante y transcendental cometido, facilitando la integración de distintos entornos educativos, aproximando sus respectivos proyectos formativos y las influencias pedagógicas que provienen de diferentes ambientes. Por otra parte, y además de las tareas de mediación, su desempeño profesional podrá proyectarse en campos más específicos, como son la educación familiar, la atención a problemas de protección y conflicto en la infancia, la prevención de la violencia de género, la transición de la escuela a la vida activa, la coordinación de los temas transversales o el fomento de la asistencia de los niños y niñas más desfavorecidos a la escuela, evitando un absentismo que conduce al fracaso escolar y social.
