La evaluación continua se compone de la exposición teórica, la resolución de problemas y/o ejercicios y el estudio de casos. Dependiendo del curso y evolución de la legislación, doctrina y jurisprudencia, tanto la resolución de ejercicios como el estudio de casos tendrán mayor o menor valor relativo. Pero el suyo de las dos variables será el 30%.

La nota obtenida en la evaluación continua tendrá un peso del 40% en la calificación global.

La nota obtenida en el examen final tendrá un peso específico del 60% en la nota global.

 Para poder presentarse al examen final y respetar la nota de evaluación continua será imprescindible que: (1) el estudiante haya realizado todas las pruebas de evaluación continua; y (2) lograr la superación de las pruebas en que consiste la evaluación continua. Si no se cumplen ambos requisitos, el estudiante deberá realizar la prueba final en la forma indicada al final de este apartado.

 Para que la nota de la evaluación continua se pueda sumar a la del examen final será necesario que el estudiante haya superado este último.

 Los estudiantes que no superen la evaluación continua podrán presentarse al examen final pero deberán aprobar una parte específica en la que se evaluarán las competencias trabajadas en la evaluación continua que no superaron.