La primera pregunta que hay que responder en la presentación de esta materia es la siguiente: gestión de redes sociales virtuales, ¿para qué? Porque las redes sociales presenciales forman parte de la dimensión humana como"ser político" desde los orígenes de la democracia. Y es que, en el caso de las democracias actuales, y de sus sistemas de producción de políticas y servicios públicos, estas redes adquirieron otras dimensiones, fruto de su apertura y orientación hacia la ciudadanía. La primera de las dimensiones (siempre intra e interorganizativa) es la profesional (comunidades de empleados públicos), la segunda es la virtual (comunidades de empleados públicos y usuarios), respondiendo así a las necesidades de los marcos actuales de gobierno y gobierno abierto. Es en este espacio de apertura e integración de nuevos valores de la Agenda 2030, donde las redes sociales virtuales cobran sentido cómo medio (nunca como fin en sí mismos) para llegar a los usuarios de sus políticas y servicios públicos; también para implicar otros agentes públicos, privados y sociales que conforman el ecosistema de problemas públicos. Para eso es necesario conocer el marco abierto de las instituciones públicas multinivel e intergubernamentales de la tercera década del siglo XXI. Conocer sus plataformas web, algunas de las redes virtuales más utilizadas, así como sus aportaciones y valor para la mejora de las políticas y servicios públicos. Las redes sociales presenciales y virtuales como medio para mejorar la solución de problemas públicos complejos implican tener en cuenta, en primer lugar, los marcos éticos y los valores de las instituciones democráticas. También aquellos otros "no éticos", vinculados a la posverdad que generan "fake news" y modelos de no de los valores democráticos que son los nuestros en el marco de la Unión Europea y la España de las Comunidades Autónomas y Gobiernos Locales.